“El hombre teme; es natural. Teme a la muerte, a Dios, pero sobre todo a quedarse solo. Una soledad que no sólo le haga no poder compartir con otros, sino que torture, que mate por dentro hasta hacer perder cualquier esperanza, sin lugar siquiera a un vestigio de amor… sin embarco, existe quien venció a esta condena.”
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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